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Hugo Alvarado Gómez

Versos del cretácico

Esa dulce sensación, la miel en los labios,

paladares exquisitos, delicias encarnadas,

discernir eterno de estático, caótico de errático,

acérrimo seguidor del vino, ambrosía, éxitos y procacidad en porcentajes exactos.

 

Inertes pasos, delirios, tristes, dramáticos,

eliminado todo rastro de infelicidad, al día todos los atrasos,

vidas que no son de recibo, decirle al diablo,

por favor, abone el importe exacto.

 

Eludes el destino, creas un futuro para conocidos y extraños,

partidas interminables, tablas imposibles, parias en su último asalto,

tienes la imagen del porvenir en tus manos, gira la ruleta,

apuestas por un número, el azar no tiene nada de práctico.

 

Y al final todos caminamos al mismo paso,

decidido, a veces yámbico, a veces trocaico,

ejes que no dividen contenido, transversales hemistiquios de lo divino y  tántrico,

cesura y pausas versales, estróficas, de verbo escaso y ritmo, como no, optimista y exacto. 

 

 

Hugo Alvarado Gómez ®  

OZ

Nunca sabes que decir, siempre en dilemas ficticios y extraños

tienes las manos manchadas de sangre, derramada por tus labios,

desangrada, sin una sola palabra más que arrancar, sin nada más que años,

pasando, acabando con la memoria guardiana, la llave de todos los desdichados.

Pocas mentiras, pocos planes fueron frustrados, nunca salvaste el mundo, nunca estuvo en tus manos,

en los límites del mundo, en los campos nunca sembrados, en los momentos nunca soñados,

avatares, mezquinos, pusilánimes y diablos toman las colinas, cuernos atronando,

se acercan, te sienten, llévalos ante altares, efigies y retablos.

Eres la guía, eres la senda, el medio, el fin y el termino medio entre tanto bucle infinito,

espirales interminables de insultos, penas y agravios, monedas, clichés y otros relicarios,

partes de un todo que nadie cree y todos creamos, destinos que no llevan a ninguna parte, reliquias del pasado,

buscas salidas en el último asalto, desearías todo un bestiario, sentarte, disfrutar de un paisaje eviscerado.

Sonrisas, palmadas, ni un solo llanto,

despiertas, respiras la mañana y la mañana admira tu canto,

abres las puertas, cierras el libro del pasado,

páginas viejas, amarillentas, empieza el tiempo de tu nueva vida, empieza tu nuevo dorado camino empedrado. 

 

 

Hugo Alvarado Gómez ® 

 

 

Nudos y sombras

Crecen los misterios en tus labios,

brillantes, infinitos, tristes,

miles de posibilidades,

tantas como seres humanos.

Vives oculta, vestida con harapos,

siniestra, olvidada, dormida,

te escondes en las esquinas,

esperanzas que todos albergamos.

Plácida pero vencida,

fuerte y abatida,

tu eterna sonrisa,

siempre con la mirada perdida.

Extrañas lo que no tienes,

añoras lo que olvidas ,

pasiones crecientes,

siempre la más querida.

Corre, huye, teme,

llora, sufre, muere,

ama, sonríe, promete,

haz lo que no quisiste conmigo,

pero, por diós, olvídame y vete.

Que me duelen los ojos,

ya nada mi pecho siente,

no queda sangre en la herida,

ni nadie que remiende lo que por ti se muere.

Y por qué nadie lo ve,

por qué nadie lo siente,

por qué nadie por tí más padece,

por qué a cada minuto que pasa esta vida más se tuerce. 

 

 

Hugo Alvarado Gómez ®

 

 

 

Recopilando lo borrado por accidente. A partir de ahora, como debió ser desde hace 3 años: sólo Lírica. Gracias

Cuchilla 

 

 

Es el suicida un reo, es el verdugo un muerto,

son palabras perdidas en el silencio del momento,

pausas, estróficas, versales, ahogadas como mis pobres lamentos.

 

Sonrisas improvisadas, paseos que nunca terminan,

noches y sombras perfectas, estatuas que parece te miran,

música para mis oídos, siempre de la mano de la niña suicida.

 

Heridas profundas, facciones marcadas, vestigios genéticos, belleza escondida,

ojos falsos que pierden sus retinas, cuencas que dicen más que cuentos y fábulas escritas,

movimiento sinuoso, prendas y cadenas caídas, siempre feliz, siempre con la mirada perdida.

 

Oportunidades, suerte y otras mentiras,

cicatrices invisibles, siniestra, consentida,

absurdos momentos de felicidad imposible de ser contenida,

besos románticos, nocturnidad y alevosía,

sentimientos aleatorios convergentes,

casualidades controvertidas,

no tienes escapatoria, no hay salida,

siempre caminaré de la mano de la niña suicida. 

 

 

Hugo Alvarado Gómez ®

 

 

 

Verdades discretas 

 

 

Y esa mirada, entornando los ojos, sugerente, me atormenta,

pensamientos lascivos, sonrisas deprimentes y una palabra sincera,

diferente de todas, palpitando en la brecha, deseos cautivos, siempre a tu recuerdo se encuentran.

 

Y esa mirada, tranquila, risueña, deshace todo mal, me consuela,

un abrazo a tiempo, destinos que se cruzan, abiertas las puertas,

reviven, renacen, nunca desaparecen, despiertas, una y otra vez mis esperanzas ya muertas.

 

Y esa mirada, perdida, somnolienta, duele, por favor despierta,

no más lágrimas, no más mentiras, dame la mano, camina, sonríe, vuela,

te necesito a mi lado, las palabras, las sorpresas, siempre finas, siempre perfectas.


Apenas susurros, frases de otra época, verdades extintas que con la vida discrepan,

agotan sus recursos, son ajenas y obtusas, las verdades discretas,

entrelazando ambas vidas, extirpando con certeza,

las mentiras de tus labios que mis oídos deleitan.

 

Matando lo poco mío que hay en tí, mentirosa y pordiosera,

destrozando mi vida, morir es poco cuando a tu lado nada se espera,

la prosa delicada, la mentira sincera, condenado, agonía de una vida entera,

la sombra que cobija la falsedad yuxtapuesta en justificados momentos,

paradigma donde los haya, del amor romántico por la vía del sufrimiento.

 

 

 Hugo Alvarado Gómez ®

 

 

 

Rima fácil 

 

 

Paraguas que no salvan de la lluvia mórbida de hechos y rarezas,

cristales opacos, transparentes para obtusos ojos cereza, espejos inversos y mentiras sin delicadeza,

ficciones divertidas, deformes rostros, ajenos a acciones decididas, discordantes en un mundo absurdo y cambiante, sin medida y sin freno,

tienes el poder de hacerme sentir, palidecer, caer y morir, languidecer y sufrir, sólo tú sabes como hacerme revivir.

 

Tus pasos, tus mentiras, tus besos,

me miras, lasciva, recitas mis versos,

rimas fáciles, uno y otro verbo,

sin poesía, sin belleza, sin la más mínima y necesaria belleza.

 

Únicamente tu ambición por hacerme crepitar,

resurgir, agonizar y morir, cada vez que apareces, cada vez que pareces decidir,

que mi vida ha terminado, que los sentimientos han de fallecer, ajados, corroídos,

mentir, saber y herir, caer, caer, perderte y no poder decirte al oido,

que nadie como tú he conocido, que nadie me ha hecho vibrar con tu sexo sentido,

que nadie tiene derecho a borrarte de mi memoria, que un hueco siempre es para tí exclusivo,

en lo más profundo de mi ser, a la vez torturado y poseído,

al mismo tiempo amante y esclavo del amor por ti que siempre me ha destruído.

 

Hugo Alvarado Gómez ®

 

 

Ciego 

 

 

Estas cerca, te siento, espero que tu rostro no me deslumbre,

el precioso perfume, las sonrisas malévolas, nada gris, nada amarillo macilento,

desgarradas y tristes, pálidos rostros y muchos lamentos,

sintiéndolo mucho me retiro, entre tanta podredumbre, a mis aposentos.

 

Una flor entre el reino fungi, coles de bruselas, hígado y legumbres,

delicioso manjar, de tus labios, es típico, pero ay de quién se acostumbre,

a estar entre tus brazos, a respirar al ritmo de tus jadeos, fuego, sucumbes,

desdichados aquellos, condenados, su memoria destruyes.

 

Delicados momentos, los echo de menos, entre inútiles lamentos,

no vuelven, no los veo, desaparecen, los olvidas, no los encuentro,

perdidas las emociones, malditos los sentimientos,

inútil, desaparecido, olvidado, perdido, muero.

 

Hugo Alvarado Gómez ®

 

 

Sin pausa y sin acierto

 

Pasos apresurados, maleza y pies descarnados,

densos bosques, dime, dime ¿Dónde te escondes?

sonrisas a medio camino, palabras a media voz, afronta tu destino.

 

Que me importa si lloras, si te lamentas, olvidas, desertas,

que me importa si padeces, si reniegas, desprecias o te pierdes,

reserva tus fuerzas para el camino y olvida lo que sientes.

 

Trata de unir las palabras, adecuadas, aliteradas, perfectas,

desentraña tus sentimientos, convénceme, baila, quiero tus sinuosos movimientos,

demuestra de lo que eres capaz, fluye, destruye lo que siento.

 

Saber que puedes, saber lo que quieres, de ti, de mi, del mundo que en tus manos sustentas,

abrir de una vez todas las puertas sin pensar miedo a quién hieres, por ti, por mi, desgasta tus suelas,

recorre una por una todas las sendas, buscador de caminos, palabras sueltas, encerrada en tus sueños puedes llorar todo lo que quieras.

 

Apoteósicos momentos,imágenes vívidas de una era pasada, muerta, extinta, apenas un puñado de anhelos,

me pregunto por qué ya nadie lo recuerda, no era tan distinta, convertida en mortaja para vestir a vivos y muertos,

trasfondo de pocos, de rojo carmesí en los entierros, plañideras felices, es como bailar a contratiempo.

 

Cuéntame de una vez, exprésate sin miedo, que las palabras más sentidas no se las lleva el viento,

pesan en la memoria de los que escuchan, como losas sobre tus doloridos y dolorosos pensamientos,

que ya nadie alcanza el sueño REM, que sus ojos se detienen como el tiempo,

que pocas palabras suenan ciertas y nada resuena en los cielos,

que los dioses sonríen, se mofan de tu vida y tus aciertos,

sólo esperan el momento de arrastrarte, recrearse en tus peores momentos,

desterrate al limbo, al mundo de los no-muertos,

donde no hay corazones que romper, donde a nadie destrozarás sus pequeños y patéticos, por tí, sentimientos.

 

Hugo Alvarado Gómez ®

Bienvenida, mal hallada

El tono oscuro que nos hace reconocer la desidia del género opuesto,

gestos tímidos o pretendidamente reprimidos, que se intuyen, que se sugieren,

deben ser los objetivos, de tu rechazo, de las excusas que rodean todo lo que tocas,

invocas tópicos, populares circunloquios, evades la cuestión, huyes, es la derrota.

 

No puedo apartar la mirada, es imposible, quiero pero mis ojos en tu cuerpo se clavan,

bajan, resbalan por todo tu ser, eres todo lo que un hombre puede querer,

perder es lo único que me queda de tí, las claves me rehuyen, escapan,

saltan, mueren sin poder anotarlas, perdí, lo sé, sumido en la más oscura nada.

 

Así pasa el tiempo, con los ojos cerrados, imaginando tu rostro en la ventana,

sentada, con una mano disimuladamente a tus labios aproximada,

caperucita encarnada, de mil historias parábola, conclusión bien hallada,

bienvenida, pero maldita la hora en que enamorado entre mis brazos te abrazaba.

 

Hugo Alvarado Gómez ®

Reproches y otras miserias

Dame una razón para no abandonar el recuerdo, tan insano, tan demente,

esos momentos tan vívidos, tan recurrentes,

un motivo, alguna cosa, para decidir eliminarte de mi mente,

dame una razón para permanecer sereno, cuerdo y no de cuerpo presente.

 

Tan importante, tan querido, tantas cosas que nunca has creido,

anhelas un príncipe valiente, azul, mítico como nunca haya existido,

aislada en tu torreón, por almenas y estandartes protegido,

ostracismo, de mi, del mundo, que tu misma has escogido.

 

Tantas opciones, tanto error cometido, frases insensibles, frases sin sentido,

dudas injustificadas, mentiras que nunca olvido, palabras vacías y otras que jamás he oído,

siempre puedes escoger, aunque ya hayas escogido, la senda del dolor o la senda del olvido,

que nadie tiene las respuestas, el porque, que nadie como yo jamás te ha querido.

 

Hugo Alvarado Gómez ®

 

 

 

 

Estoicismo de rima sosa

Será tu voz, el verbo, palabra desencadenada,

será tu piel, suave, preciosa, sonrosada,

será la forma de mirarme con una ceja enarcada,

será tu mano sobre mi cuerpo, tan tierna, tan delicada.

 

Será la verdad, horrible, dolorosa,

será  la mentira, inútil, mezquina, piadosa,

será la derrota pírrica pero olvidada, siempre deshonrosa,

será tu alma que grita desesperada, finalmente quejumbrosa.

 

Será el momento de olvidar, collige virgo rosas,

será la lentitud de mi perspectiva cuanto en tu rostro se posa,

será como dices el dolor hecho prosa,

será, lo que tenga que ser y ninguna otra cosa.

 

 Hugo Alvarado Gómez ®

Claves y misericordias

Buscas pistas, evidencias, pruebas palpables,

tienes los instrumentos, los medios y ninguna clave,

pierdes el tiempo en inútiles teorías, experimentos, hipótesis,

manejas pautas, móviles, diagramas, imágenes de síntesis,

abordas los casos como un erudito, metódico, concienzudo,

puedes conseguirlo, está en tu mano, el culpable es tuyo.

¿Quién será? Se cree más listo que tú, seguro,

osa enfrentarse a la maquinaria inquisitiva investigadora,

cuerpos ensangrentados, macabras escenas, es tan grotesco, tan duro,

tan difícil de entender, tanto tiempo perdido, tanta bliblia, tanta toga,

carnes pútridas escondidas entre muros de yeso, ladrillo, tierra,

cantidades ingentes de llanto, miseria, desolación y tristeza.

Te parece vislibrar levemente por fin la solución,

esquemas llenos de llaves, interminables mamotretos, mil mentes pensantes,

¿Cuánto tiempo se necesita? Averiguar la verdar, averiguar lo que son,

dar con un final, el que sea, no más mentiras, no más hipótesis vacilantes,

que no queda tiempo para derribar puertas, que no quiero escuchar la misma canción,

es el momento de las verdades hirientes, el momento del dolor,

el justo instante de las respuestas concretas, de llegar a una conclusión,

de cortar el paso al miedo y acabar con este sinsabor,

que nadie vive eternamente, pero tampoco muere sin razón.

 

 

 

 

Hugo Alvarado Gómez ®

Rosa de los vientos

Que es bello tu corazón, como la rosa de los vientos,

pero apunta a todas partes, como tú, como tus sentimientos,

que no es puro lo forjado con distintos hierros, como tus palabras, mentiras,

mentiras que todos sabemos, como tu vida, como cada uno de tus movimientos.

 

Ahora te acercas, ahora te alejas, como mareas de bandera roja,

como acróbatas de fiestas secretas, danzantes y doncellas, hermosas, coquetas,

te sonrojas, me besas, sonríes pero me dejas,

inspiración tal vez, muerte de las musas, porque nadie se queja, porque a todos usas, masticas y excretas.

 

Esas son tus armas, maldita, proscrita  pero como princesa te presentas,

lloras, prometes, fascinas, como un gato y su ovillo de lana conmigo juegas,

un abrazo, un domingo se tercia, un beso, en la despedida se queda,

y todavía me preguntas, como si tuviera todas las respuestas.

 

Un porque, una duda, el factor común que nunca despejas,

reproches, miraditas, páginas digitales que nunca amarillean,

muestras de tu arrogancia, escribes, olvidas, recuerdas, loca, perdida y sedienta,

de mis llantos, de mi vida, de mi sangre derramada por tí, caliente, ríos de color púrpura, sombría y espesa.

 

Y por fin cierro mis ojos, inyectados de sangre, vidriosos, irritados por arenas invisibles, las arenas de un mar de sueños,

sueños olvidados, imposibles, pero no perfectos, errado en el fin, destruído por los medios,

intento alcanzarte, casi con la punta de los dedos llego, aférrate a mi mano, por favor, rosa de los vientos,

deja que duerma contigo, que vuele entre vigilias inversas, entre partidas perdidas en las que a mi mismo miento,

por favor, saldrá bien, esta vez sí, lo siento, tengo miedo y tu también,

pero querer quiero, poder puedo y por una vez por ti si hace falta al infierno voy y vuelvo,

con la cabeza de mefistófeles en una pica, del averno arrancadas todas las espinas que se enquistaban en tu maldito corazón,

que te impedían verme, amarme y purgan tu desdichada alma del horror de la mentira hasta el último estertor,

dame tu mano y ven, abandona esa fila, no esperes una entrada para el teatro real, escoge un papel a interpretar en el escenario de la vida.

 

Hugo Alvarado Gómez ® 

Tus besos de sacarina

¿Sabes cuando sientes ese hormigueo, ese no se qué, ese calor intenso?

esas sensaciones tan fuertes como la ira, el miedo, el dolor y otros palpables como una espada entre las costillas,

así me siento, a tus pies, estúpido mientras me humillas.

 

A veces creo que los momentos dulces volverán edulcorados por el olvido y la pena,

agridulces por la duda, la mentira y las heridas,

volverán de tu mano, paseando mientras me miras.

 

Canciones que no dejan de resonar en mis oídos, tus palabras, nuestros gestos,

abrazos, caricias, la vida inyectada por vena, toxinas de tus besos,

felicidad intangible de esperanzas troquelada, con perfil crítico, punto por punto,

fraguando en la cocina del infierno, precocinando cada uno de tus versos.

 

Pero ya nadie me mira como tu lo haces, ya nadie en mi confía,

quien lo hacía ahora reniega, quien era mi amigo porfía, de la mano del miedo, caminando entre sendas se perdía,

el perdón que nunca llega, las palabras que no sentía, los recuerdos imborrables de esta y otras vidas,

porques que no dicen nada, ya lo he dicho, son razones valdías.

 

Busco entre tus senos, una llave, una llamada perdida,

cobertura mínima, politonos desde la otra vida,

números secretos, privados, personas como de mentira,

comunicando, nunca disponible, se te escapa el corazón que apenas todavía palpita.

 

Baterías desechables, cargadas tan solo una vez al día,

cuando se cruzan nuestras miradas, sonriendo, tu siempre lo decías,

tienes la mente sucia, no vale la pena perder la sonrisa,

por problemas que no nos importan, tras vidrieras rotas, estáticas, sin prisa.

 

Es triste admitirlo, apenas ocurre en la vida, uno, dos, tres, pocos días cuentan,

no me olvides, o eso decían, la llave en tu mano, abre o sueña,

momentos de sacarina, cuarzo, feldespato y mica,

una historia que a nadie importa, a nadia, ni siquiera a ti misma.

 

 

Hugo Alvarado Gómez ®

Mentirosa lacerada

Pequeños detalles que nunca te mostré,

esos momentos que nunca te dí,

una vida para lamentarme,

lágrimas que guardo para tí.

 

Páginas de un libro en blanco,

marcapáginas negro carmesí,

pluma larga y fina,

palabras que nunca escribí.

 

Días fríos y extraños,

baños de rosa y jazmín,

retales de nuestro pasado,

pequeñas manchas de tu carmín.

 

Legajos de poesías rotas, frágiles, las hojeo,

desgarradas por un dolor, por mil,

sereno escribo, borro, leo,

una y otra vez los mismos sentimientos que nunca tengo.

 

Perdona los errores, es mejor no saberlo,

perdona las noches en vela, las miradas de desprecio,

olvida las palabras de orgullo, los pecados de este pobre soberbio,

a veces el destino nos depara un oscuro y mal remedio,

de heridas que no cierran, de tiempos mejores los ecos, 

porque, amigo, a veces hay trenes que mejor no cogerlos.

 

 

Hugo Alvarado Gómez ®

 

Ceniza y llantos

El sentimiento nuevo de la esperanza, resucitando entre postreros pendones,

caído entre flagrantes delitos y alborozados estandartes, entre cajas de pino y crespones dorados,

caballeros denostados, por el tiempo, por los que creen que la historia les pertenece por haber ganado,

lastimeras respuestas de sus hijos, cuencas vacías y nadie para reprocharlo,

que no son los buenos malditos ni demoníacos los malos, que no dueños del legado los que nunca fueron sus amos.

 

De tristeza vital embargados, herederos de nada ni de las cenizas ardientes de un imperio dorado,

bastiones perdidos por unos pocos derrotados, toda una vida de vergüenza y agravios,

emergente la nueva era, hijos de una raza orgullosa y por todos olvidados,

perdidos entre los hombres, como ratas, desdichados, reuníos ahora hermanos,

alzad picas, espadas y puños ensangrentados, ha llegado la hora de los hombres, la hora de los desheredados.

 

 

Hugo Alvarado Gómez ®

Otra pausa dramática

Tienes un credo diferente, eres distinta,

no eres como el resto de la gente, tu raza es extinta,

pasas el tiempo soñando, perdida, nadie lo ve pero tu ya lo has imaginado,

abriendo una y otra vez la misma herida, secretos desentrañando,

dedicas tus mejores momentos, esa falacia compartida,

a los pobres sin suerte, pausas dramáticas y otros tormentos, sin red irremisible caída,

abrazas deseos imposibles, caricias en tu espalda dormida, secretas, felinas,

tristes por naturaleza, inútiles como la última colilla, destruidos para renacer,

pero aquí no hay Fénix, sólo plumas quemadas, con las que no hay quien escriba.

 

Pedazos de una estirpe que yace dormida, bajo mil kilos de tierra, a dos metros del aire que respiras,

yacen eternos los que nunca caminan, pesadillas que nunca se olvidan,

días de angustia y sobrecogimiento, de dudas y preguntas interminables, de pena, tristeza y color amarillo macilento,

pero se acaba la espera, la agonía se termina, estás ahí sentada, a la vuelta de la esquina,

con tu sonrisa velada, con tus zapatillas de bailarina, grácil, esbelta, alma helada, lasciva y perfecta,

pero no eres tú, no puede ser, otra vez la misma mentira, sigues del lado de la muerte, oculta entre su progenie,

vástagos malditos que roban mi tesoro, mi única salida,

desdichado, derrotado, postrero y tardío, sentimientos que no llegan, mejor haberlos olvidado.

porque dejarlos crecer es como nacer muerto, vivir una mentira y morir matando.

 

 

Hugo Alvarado Gómez ®

 

Suerte

Casi puedo alcanzarte, estas ahí, delante, postrada pero desafiante,

siempre perseguida, nunca en mi mano, perdida, esculpida para otros,

bello semblante, perceptible para unos pocos, cándido fervor de cérvix y sensual, indoloro,

insípida para unos, con la cabeza llena de colores para otros, deleite de los que ven,

deleite de los que anhelan sentirla, placer para los ojos, vivirla, ese aire de desdén,

esos gestos de pordiosera, sentada fumando, ensimismada, tardía, como de otra era, siempre esperando,

esos caminos por recorrer, esas locuras por llegar, esos obstáculos a vencer.

 

Casi puedo tocarte, a un paso, dos, tres, no te cansas de esperarme, es triste pero no lo ves,

eternamente en la puerta, pestillo quitado, con los brazos abiertos, quiero estar a tu lado,

basta de tardes desiertas, de puños alzados en pié de guerra, quiero sentir tus labios,

se puede olvidar, se puede maldecir, tantas y tantas mentiras gritar,

pero no se puede escribir sin un corazón servil dispuesto a amar,

por qué entonces me pones a prueba, por qué las mentiras, los insultos, las tretas,

qué fue de la pasión, la ira, las heridas abiertas, la sal de tu sangre corriendo por mis venas.

 

 Hugo Alvarado Gómez ®

 

 

 

 

Ángeles endemoniados

Por camino indeseable, de los pobres, de unos pocos, de los miserables,

yo me encuentro, lo padezco, este sendero interminable,

para un dia, por una vez, simplemente abrazarte.

 

Que no piensas, ya no recuerdas, las palabras, las verdades,

esos pecados, esas miradas, en tu puerta, insuperables,

que no quieres, que no esperas, nada de mi, nada de nadie.

 

No se por qué te espero, no se ni el porqué, ni quiero,

sólo por tí casi muero, no despierto, no puedo, he de ser sincero,

salta a la vista, es tan evidente, el que nada tiene nada deja y nada siente.

 

El que pasa frío, congelado descansa eternamente, en días de lluvia, en los soportales,

arriba, casi en el cielo, abovedado, candelabros de simientes jíbaros y esclavos,

saber la verdad no ayuda, no lo hace más fácil, sólo amaina la tempestad de sentimientos aletargados.

 

Días, días, mentiras entre rendijas observamos, sonrisas, pasos y más pasos,

caminas, saltas, vuelas entre nubes adormilado, como avatares benditos, como ángeles endemoniados,

entre verdades a medias, entre tiempos no mejores pasados, decides no sentir, decides matarnos.

 

Hugo Alvarado Gómez ®

 

 

Recuerdos y otros deleites

Y finalmente tus ojos te delatan, esas lágrimas jamás derramadas,

esos cálidos parpadeos en noches desveladas,

esas caidas de ojos a perpetuidad con tus gestos, divertida, ensimismada.

 

Vives cerca y lejos, a la distancia de una sola palabra,

corto el camino, grande la pena, desgraciados los días, agradable condena,

partidas insoportables, marchas que nunca llegan, ansiedad, delirios y ninguna grandeza.

 

Hugo Alvarado Gómez ®

 

Cúmulos, cirrocúmulos y estratos

A veces te quedas mirando el cielo como si nada hubiese cambiado,

sorpresa tras sorpresa todo inútilmente va pasando,

en realidad no creces, no mejores, ya nadie quiere estar a tu lado.

 

Sonries, despistado, como escuchando las mejores melodías,

las pupilas dilatadas, espectante, presa de la melancolía,

todas las verdades pierden su sentido, todo, todo y nada, todo siempre es mentira.

 

Todos te preguntan por qué, pero a nadie le preocupa realmente,

son esas cuestiones vanas, que nadie sufre, que nadie siente,

son tus problemas, tus tonterías, esas cosas en las que nadie su tiempo pierde.

 

Canciones sin entonación, ritmo ni acierto, sin pausa, sin acento,

palabras sueltas, se las lleva el viento, compases para un muerto,

me opongo, no quiero, disiento, y mis manos en tu pelo sin orden ni concierto.

 

Despeinada, sencilla, natural, revives los viejos recuerdos,

dormidos o despiertos, saciados o sedientos,

perdidos entre abrazos y no esta soledad,

en la que estoy perdido, sin piedad,

perdido sin ti, perdido me muero,

y sin un objetivo, amigo o consuelo,

sin ti, naufrago y fallezco. 

 

 

Hugo Alvarado Gómez ® 

 

Visados y fronteras

Vuelas, nadas, llevas,

saltas, sonries, trepas,

corazón palpitante, te falta el aire,

adelante... adelante.

 

Mi mano y la tuya, despacio, no corras,

este momento debe durarnos,

que lo momentos tristes llegan y nunca es tarde para enamorarnos,

despacio, deprisa, ahora y siempre a tu lado.

 

Esas son las delicias, en dos, tres, cuatro dias y adorarnos,

sonrisas cómplices, instantes eternos, felices,

detenidos en el tiempo,

como fotografías en blanco y negro que nos sirven de recuerdo.

 

Creer que puede ser, sentir que va a ser,

hacer, implorar, pedir, por nosotros, por verte, por tenerte otra vez,

pero caes, padeces, reniegas y mientes,

echándolo todo a perder, sin saber a ciencia cierta ni el cuándo ni el por qué.

 

Que me pueden las ganas, que no consigo tenerte,

cuando más lo necesitas, otra esquirla te ciega y no cruzas el puente,

el que te separa de la cordura, el que te aleja día a día,

el que no me deja, nunca, jamás, poder volver a verte.

 

 

Hugo Alvarado Gómez ®

 

 

Mentiras de acero inexorables

La pulsación de tus dedos sobre las teclas del piano,

dulces palabras en forma de melodía,

atraviesan mi gesto congelándolo, destrozándome sin medida,

por el capricho de tenerme en tu mano, sin escapatoria, sin ser posible la huida.

 

Me atrapas irremediablemente con tus recuerdos,

en una maraña entretejida de palios y mentiras,

de irresistibles sirenas para vivos y cuerdos,

te deslizas bajo mi piel, mis ojos y a tientas desciendes al centro del placer,

asciendes ardiendo entre gemidos y no se que hacer,

si rendirme o matarte, acabar con este sinsentido, si acabar contigo de una vez.

 

Pero no puedo escapar, no puedo, no me dejas,

no consigo alejarme, cerrarte todas las puertas,

siempre caigo a un lado o a otro, perdido sin remedio, en tus caderas,

aléjate de mi por favor o ven a mi lado para siempre, máteme o desaparece,

porque nadie puede vivir con el odio recurrente, con la misma sensación de amor y muerte,

nadie puede vivir sin ti, mi amor, sin odiar, sin amarte.

 

Que mis manos ya no se aferran a las tuyas, que ya no puedo alcanzarte,

que no paseo contigo, que no puedo ser tu pareja de baile,

que no me das oportunidad de contigo salvarme,

que no tienes derecho, que no puedes, por favor... no me obligues a soñarte.

 

Hugo Alvarado Gómez ®

Armas de mujer

Tristes enseñas, peores caminos, pendones que no hondean al alba, los amigos que atrás se quedan,

contiendas perdidas de antemano, batidas que no cesan, hostigadores incansables, partida perdida por la mano,

pasos enérgicos que los puentes derriban, momentos inolvidables, cabalgando máquinas frenéticas, balas que no se esquivan,

podridos restos en hondas trincheras, gritos de desesperación ahogados por salvas, hazañas bélicas, comunión de las almas.

 

Así son las palabras que escuchar no dejas, los susurros que nunca llegan mientras enarcas una ceja,

frunces el ceño y nadie sabe, nadie se entera, de las delicias de la mentira, de las profundas heridas que deja,

rechinar de dientes, marchas kilométricas, zapadores de nuestras vidas, socavando los sentimientos que nos quedan,

bombardeo de recuerdos, llamaradas de vivencias, pasiones que se pierden, día tras día por no sentir tu presencia.

 

Hugo Alvarado Gómez ®