OZ
Nunca sabes que decir, siempre en dilemas ficticios y extraños
tienes las manos manchadas de sangre, derramada por tus labios,
desangrada, sin una sola palabra más que arrancar, sin nada más que años,
pasando, acabando con la memoria guardiana, la llave de todos los desdichados.
Pocas mentiras, pocos planes fueron frustrados, nunca salvaste el mundo, nunca estuvo en tus manos,
en los límites del mundo, en los campos nunca sembrados, en los momentos nunca soñados,
avatares, mezquinos, pusilánimes y diablos toman las colinas, cuernos atronando,
se acercan, te sienten, llévalos ante altares, efigies y retablos.
Eres la guía, eres la senda, el medio, el fin y el termino medio entre tanto bucle infinito,
espirales interminables de insultos, penas y agravios, monedas, clichés y otros relicarios,
partes de un todo que nadie cree y todos creamos, destinos que no llevan a ninguna parte, reliquias del pasado,
buscas salidas en el último asalto, desearías todo un bestiario, sentarte, disfrutar de un paisaje eviscerado.
Sonrisas, palmadas, ni un solo llanto,
despiertas, respiras la mañana y la mañana admira tu canto,
abres las puertas, cierras el libro del pasado,
páginas viejas, amarillentas, empieza el tiempo de tu nueva vida, empieza tu nuevo dorado camino empedrado.
Hugo Alvarado Gómez ®
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