Ceniza y llantos
El sentimiento nuevo de la esperanza, resucitando entre postreros pendones,
caído entre flagrantes delitos y alborozados estandartes, entre cajas de pino y crespones dorados,
caballeros denostados, por el tiempo, por los que creen que la historia les pertenece por haber ganado,
lastimeras respuestas de sus hijos, cuencas vacías y nadie para reprocharlo,
que no son los buenos malditos ni demoníacos los malos, que no dueños del legado los que nunca fueron sus amos.
De tristeza vital embargados, herederos de nada ni de las cenizas ardientes de un imperio dorado,
bastiones perdidos por unos pocos derrotados, toda una vida de vergüenza y agravios,
emergente la nueva era, hijos de una raza orgullosa y por todos olvidados,
perdidos entre los hombres, como ratas, desdichados, reuníos ahora hermanos,
alzad picas, espadas y puños ensangrentados, ha llegado la hora de los hombres, la hora de los desheredados.
Hugo Alvarado Gómez ®
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