Preposiciones no sustantivadas
Desde mi punto de vista tus ojos, mis ojos, ya no miran al frente,
desde el centro de la pista, donde todos miran, donde nadie miente,
desde la barra del equilibrista, sus manos asidas a las mias, cayendo, perdiéndote,
desde el lugar que puede no exista, el circo de los pobres, mintiendo, muriéndose.
Ante el público que no mira, pero que con aplausos asiente,
ante su ignorancia, lo triste es saber que todo pervierte,
ante la duda, perseverancia, está en tu mano, se que lo sientes,
ante la puerta, la llave, tu vida, que a nadie más que ti mismo pertenece.
Bajo mil kilos de tierra yerma, como una reliquia extinta,
bajo la atenta mirada del investigador que observa, como si el tiempo no pasase, una época distinta,
bajo la pútrida pisada del transeunte, en su suela, cuencas vacías y ríos de tinta,
bajo volúmenes empapados, la historia se repite, como rebobinar una y otra vez la misma cinta.
Contra gramófonos sin parábola, lámparas sin tulipa, verdades desnudas que nadie resucita,
contra las palabras ahogadas entre muros enterrados, enciende la llama, abre bien la espita,
contra las llamas el sueño ignífugo, de dolores y misterios crepita, bajo las piedras está nuestra cita,
contra el destino que el mundo ignora, bajo tus pies la llama viva, de los misterios arráncala e inyéctale por fin una nueva vida.
Hugo Alvarado Gómez ®
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