Devolvedme mis noches
Deberías saber ya que sin dolor no hay redención.
Que sin os errores puestos sobre la mesa y la cabeza alta,
no hay promesa ni afrenta que la pena valga.
Que sin memoria no hay dolor y que sin dolor no hay gloria.
Cuando las noches parecen tan frías y las páginas tan vacías,
cuando el misterio se pierde y la vista nada abarca.
Que la gloria se alcanza, pero solo no se disfruta,
donde las horas no pasan y las mentiras te torturan,
donde no hay olas ni tormenta, ni tu sonrisa, ni tu dulzura.
Que las palabras se me agotan, que me repito una y mil veces,
entre letras y números navego, sin caricias, sin remedio.
Entre la vigilia y el sueño no digo más que sandeces.
Hugo Alvarado Gómez®
PD.: Y con tono de antaño, nariz postiza y sombrero emplumado:
Perdonadme si la afrenta fue mayúscula, perdonadme si fue a vos,
a quién mis desdichas y torpeza de hombre sin hechura,
supusieron, tristemente, que vuestro corazón partiera en dos.
Que sin os errores puestos sobre la mesa y la cabeza alta,
no hay promesa ni afrenta que la pena valga.
Que sin memoria no hay dolor y que sin dolor no hay gloria.
Cuando las noches parecen tan frías y las páginas tan vacías,
cuando el misterio se pierde y la vista nada abarca.
Que la gloria se alcanza, pero solo no se disfruta,
donde las horas no pasan y las mentiras te torturan,
donde no hay olas ni tormenta, ni tu sonrisa, ni tu dulzura.
Que las palabras se me agotan, que me repito una y mil veces,
entre letras y números navego, sin caricias, sin remedio.
Entre la vigilia y el sueño no digo más que sandeces.
Hugo Alvarado Gómez®
PD.: Y con tono de antaño, nariz postiza y sombrero emplumado:
Perdonadme si la afrenta fue mayúscula, perdonadme si fue a vos,
a quién mis desdichas y torpeza de hombre sin hechura,
supusieron, tristemente, que vuestro corazón partiera en dos.
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