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Hugo Alvarado Gómez

El enemigo a las puertas

El enemigo a las puertas Un escalón, dos, un traspiés, caer,
el gesto de dolor, las rodillas flexionar,
el crujir de mis huesos, la ansiedad.

No puedo detenerme, tu mano he de coger,
salto, me apoyo en la barandilla, cojo aire.
Creo que lo puedo hacer, no hay quien me pare.

Resbalo de nuevo, como una lágrima en mi mejilla,
pero allí estas tú, gritando, extendiendo el brazo.
Nadie puede negármelo, es mi derecho, estrecharé tu mano.

El silbar de las balas, las esquirlas volando, la sangre en mis ojos,
los niños llorando, las bombas caer, los aviones bramando,
el pánico a perderte en todo mi ser, tanta sangre he derramado.

La bayoneta calada, mi arma a modo de bastón,
por fin llegué, ya estoy, no temas.
Pero no queda nada, sólo medio salón.

El piano desvencijado, las fotos desparramadas,
las paredes en el suelo, como si fueran de cartón,
mis palabras, mis lágrimas, inútiles, desesperadas.

Hugo Alvarado Gómez ®

A los caidos.

1 comentario

Harmu -

Una lágrima nunca resulta inutil, lo verdaderamente inutil es desvencijar un piano.