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Hugo Alvarado Gómez

Cuando los ángeles deciden morir

Cuando los ángeles deciden morir Mira el cielo mi niña. Sonríe al viento.
Cayendo están los ángeles a mi paso,
caen, lloran, mueren sin descanso.
Plácidamente les observo, descender, chocar, morir en un rápido movimiento.

El fin está en tu mano, delicada, preciosa menguada por el miedo.
Agítala por la ventanilla cuando les veas pasar,
libera tu mente de las trabas del que dirán.
Pisa a fondo, rechinan las ruedas, un solo golpe, lo más fuerte que puedo.

Acero y sangre, dolor a hierro, caídos a un mundo infernal y caótico.
Perdidos en el dolor, sin alas con que sobrevolar la vida que se les presenta mortal.
Aprovecha tus dias joven Ícaro, que la herrumbre no te impida ser normal,
que el cansancio, el hambre y el amor no te hagan menos que nadie, de todos los humanos ahora el más paradójico.

De lo divino a lo ajeno, de lo deseado a la desdicha propia y cercana.
Se me antoja Luzbel descarnado, embreado y sin plumas arrancadas.
Pobres niños con catalejo que antaño vivían empeñados en respirar un aire que no llena sus pulmones, que no expelen en largas carcajadas.
Somete la ira al miedo, el dolor a la pena y obtendrás el camino. Conformismo sin alas, la vida sombría y mundana.

Hugo Alvarado Gómez

3 comentarios

HaRmU -

Eso, LaTiFaH. A mirar palante, que pa tras, ya dolió bastante. :P

LaTiFaH -

Lindo gatito, es preciosa esta poesia. A partir de ahora mirare al cielo y sonreire al viento. ;********

HaRmU -

Sí. Miraré al cielo y le sonreiré al viento. Por fin se que el fin está en mi mano, y mi vida es sólo mía. Pero nunca dejaré de ser lo divino y lo deseado.
Me he convertido en sirena.
:*********