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Hugo Alvarado Gómez

Canción, que no reproche...

Desgastadas palabras desgarran el velo de la irreal tristeza que me envuelve,

dagas mortales como látigos de siete colas lacerantes, dementes, brillantes,

todo queda bajo el manto de la oscuridad, pérfidas miradas, vuelve, exultante,

sientes poco y ves nada, das la vida con tus labios de amanita encarnada.

 

La belleza en tus ojos, cuencas vacías, antes de deseo pobladas,

damiselas en apuros, brillantes armaduras al alba,

dragones flamígeros como el sexo de las hadas,

tienes el valor de tratarme a patadas.

 

Victoria pírrica, eso me esperaba, llena de dolor y derrota,

llena de tu alma rebosante como una copa, de sangre descrita en una estrofa,

aún me quedan canciones inaudibles, susurros que nunca olvidarás,

lírica amarga como una fiesta macabra, loca, caótica y palabras robadas.

 

Futuro que no llega, oportunidades infinitas dadas,

caminos entrecruzados en el lindero de tus piernas,

canciones, recuerdos y otras joyas poco estiladas,

das lo que recibes, besos entre sonrisas nacadaras.

 

Pisando baldosas amarillas, entre amargas miradas,

voy abriendo heridas, etiquetando todas tus fabulosas mentiras,

deseo tenerte, adorarte, del deseo vivo y de no tenerte lúcido y sincero muero,

porque no siento, porque te miro y no te veo, porque desapareces como niebla y viento,

cosas mutilantes y discretas siento, alfileres danzantes en venas abiertas,

espirales de dolor, frenesí y horas funestas y cosas, cosas intensas,

pequeñas verdades, dolorosas, olvidadas,

visitar las pupilas que a fuego grabaron la silueta que dejaste,

movimiento turgente, sibilina, meretriz imperfecta,

adoro todas y cada una de las palabras que nunca me dedicaste.

 

Hugo Alvarado Gómez ®

1 comentario

Yo misma -

Creo que he leido este poema unas mil veces... y siempre me hace llorar... Es increible como puede uno llegar a desear desandar lo andado, y volver hacia atras.